MAUS: Un cómic imprescindible

Permitidme que comience este post citando varias frases de John Ford, el que posiblemente haya sido el mejor director de cine que haya nacido en el planeta Tierra.

"Me llamo John Ford y hago películas del oeste".

"No hago películas para hacer obras de arte. Ruedo películas para poder pagar las facturas".


¿Qué tienen que ver estas frases con un cómic?... Os lo explico…

Cuando Art Spiegelman (nacido en Estocolmo) dibujó el cómic alternativo de Maus (publicado por entregas en la revista Raw, de la que Spiegelman era editor, entre 1980 y 1991) sabía muy bien lo que estaba haciendo: Un cómic personal (de casi 300 páginas y publicado inicialmente en dos partes: Mi padre sangra historia, en 1986, e Y aquí comenzaron mis problemas, en 1991).

Spiegelman no pretendía crear ninguna obra de arte, ni nada por el estilo. Sólo quería contar una buena historia personal, con un argumento sólido, profundo y emotivo.

Sin embargo, su obra dio origen a la novela gráfica independiente y autobiográfica, consiguiendo además que la crítica se rindiera ante el que es uno de los mejores cómics que nos ha dado la historia porque, aparte de muchísimos y prestigiosos premios por esta obra, Spiegelman también recibió el Pulitzer en 1992, el único cómic en haber conseguido este premio.

Maus narra la persecución de los nazis al pueblo judío, tomando para ello las vivencias reales de su padre, Vladek Spiegelman, un judío polaco que tuvo la desgracia de pasar parte de su vida bajo el yugo del nazismo.

Para hacerlo, el autor utiliza dos marcos espaciotemporales diferentes (Polonia en los años del nazismo y Rego Park, en Nueva York, muchos años después) y la técnica del flashbacks para unirlos. De este modo, en el cómic encontraremos a Vladek Spiegelman contando a su hijo Art, desde la tranquilidad de Nueva York, la triste historia que vivió Europa. En los flashbacks veremos cuales fueron esas vivencias.


Spiegelman usa para su narración los animales antropomórficos. Los ratones representan a los judíos (para el que no lo sepa, en alemán, maus significa ratón), los gatos son los alemanes, los cerdos son los polacos, las ranas son los franceses, los ciervos son los suecos, los perros son los americanos y los peces son los ingleses.

La elección de estos animales no es casualidad y tienen un claro significado metafórico en la historia. El más evidente es que Polonia fue invadida por los gatos (nazis) y se transformó en una ratonera (trampa) para los ratones (judíos), que se sintieron traicionados por los cerdos (polacos).

Aquí os va otra frase de John Ford:

"Por lo general, me fastidia la música en las películas, un poso por aquí y por allá, al principio o al final (…) No me gusta ver a un hombre en el desierto, muriéndose de sed, respaldado por la Orquesta de Filadelfia".

¿Por qué esta frase?

Del mismo modo que Ford no podía imaginarse a un moribundo arrastrándose por un desierto con toda una grandilocuente orquesta sonando de fondo, Spiegelman no podía crear un cómic que narrase el holocausto nazi, dibujando unas impresionantes viñetas con miles de detalles, anatomías impresionantes y un despliegue de colores generados por el mejor de los ordenadores.

No… El dibujo debe ser feo, tosco y por supuesto… En blanco y negro.


No puede ser de otra forma... Cualquier otro modo terminaría en desastre.

Y para acabar, termino con una frase que al actor James Stewart dijo sobre John Ford:

"Coge todo lo que hayas oído decir en tu vida... multiplícalo por cien, y seguirás sin tener una idea de John Ford".

Pues eso… Olvidaos de todo lo que os he contado… Olvidaos de todo lo que os haya dicho la gente sobre este cómic… Olvidaos de que esta historia está considerada como una de las mejores jamás publicadas.

Sencillamente haceros con ella y leedla.

Si no os emociona, es que no sois humanos.

Hasta otra.


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