TIBURONES: ¿Porqué esos bichos?

¿Alguien se ha parado a pensar alguna vez cuánto daño ha hecho Steven Spielberg a la industria del cine?... ¿Es que nadie es consciente de que allá por el año 1975 realizó un film que destrozaría el mundo del celuloide para siempre?

¿Porqué un tiburón?... ¿Porqué no un arenque?... ¿O un salmonete?... ¿Y un rodaballo?...

¡Ya me estoy imaginando los títulos de las películas!

Arenque, el asesino del océano... Salmonete, la muerte que vino del mar... Rodaballo, el terror que surgió de las profundidades...

Y sin embargo, el señor Spielberg nos hizo Tiburón (Jaws, el título original) y creó un monstruo cinematográfico que nos ha perseguido hasta el día de hoy, evolucionando en algo muy lejano de lo que fue en un principio y dando en la actualidad más risa que miedo.

Si en vez de Tiburón, hubiese rodado la del rodaballo, no tendríamos que haber sufrido tantas secuelas y exploits ridículos sobre los escualos asesinos.


Y es que a medida que pasan los años, en vez de rodarse mejores películas sobre el tema, los films que nos tenemos que tragar son insufribles y de una calidad ínfima... Y me da igual que sean películas de un presupuesto alto, como ocurría con Tiburón 3D, la presa (Shark Night 3D) que costó veinticinco millones de dólares y cuyo argumento nos sitúa en un lago de Louisiana en el que unos rednecks se dedican a criar a una serie de escualos que siembran el caos entre el típico grupo de amiguitos compuesto por tíos guaperas de medio pelo y cachas de gimnasio, y mozas de muy buen ver, pero tontas del culo...


O también la película de Carnada (Bait) que al igual que la anterior también tuvo su versión en 3D (como si eso fuese a resultar más impactante) y cuyo argumento nos encierra en un supermercado australiano que ha sido medio derrumbado y anegado por un tsunami que ha traído algo más que agua al interior del local: Dos tiburones blancos arrastrados por la corriente que deciden darse un festín con los clientes del supermercado que han sobrevivido al desastre natural (por cierto, este film costó treinta millones de dólares).


¿Dónde están las ideas de los nuevos guionistas y directores de cine?... ¿Porqué se dedican a escribir y dirigir unas películas tan poco originales, previsibles y carentes de cualquier tipo de interés que no sea el de verle las tetas a la actriz mediocre de turno? (por cierto, cuando la moza las enseña en pantalla, muere al de pocos minutos... Es una regla que siempre hay que seguir si quieres convertirte en un guionista inepto y del montón)

¿Para que se derrochan tantos millones de dólares en un producto final que no merece la pena?... ¡Joder! Si es que hasta me lo he pasado mejor (que no bien) con dos producciones de SyFy de serie Z, que son malísimas de cojones, pero que por lo menos son conscientes de ello y explotan precisamente esa faceta para mostrarnos un producto ridículo que se "enorgullece" de serlo (eso que nuestro querido Tito Emde no dudaría en denominar como una película "honesta").

En fin una de estas películas a las que hago mención es Sharknado y su absurdo argumento nos cuenta como un enorme tornado se origina en el mar, arrastrando en su interior a cientos (si no miles) de tiburones hambrientos. Al llegar el tornado a la ciudad, se generan lluvias e inundaciones (de cincuenta centímetros de profundidad) y los tiburones caen de los cielos, comiéndose a todo humano que pillen por el camino, o se dedican a surcar la ciudad bajo esa fina capa de agua que cubre las calles, devorando a todo incauto que vuelvan a pillar por el camino.

Tiburones blancos gigantes volando por los aires, combates con motosierras funcionando a pleno rendimiento, bombas caseras improvisadas para destruir unos temibles tornados, unos actores tan malos como en las dos primeras películas que he mencionado y un presupuesto de un millón de dólares.

¿Una película pésima y mal interpretada? Hasta decir basta... Pero por lo menos Sharknado intenta sorprender con un guión y unas situaciones tan pasadas de vueltas que puede llegar a entretener al espectador... A ese espectador que está de borrachera con sus amigos en casa, compartiendo unas pizzas y unas cervezas (en vez de estar en la calle, ligándose a unas chavalas).


La otra producción de SyFy que me he tragado no es otra que Tiburón fantasma (Ghost Shark)... ¿Cómo?... ¿Qué?... ¿Estamos locos?...

Pues no sé si los guionistas de esta infame obra estarán locos, pero seguro que sí drogados hasta las cejas cuando perpetraron la historia de este film.

El argumento es tal que así: Un tiburón es asesinado de forma violenta por unos paletos pero antes de morir, el escualo llega hasta una cueva mágica (sí... Mágica... Habéis leído bien) que hace que, aunque su cuerpo muera, su espíritu navegue libre para buscar venganza.

Y vaya si la encuentra: El bicho se carga a los paletos en el mar, a una chica (esta no enseña las tetas, cosa rara) en una moto acuática, a un subnormal en una piscina, a un fontanero arreglando la cañería de un lavabo, a un grupo de niños repelentes jugando en la calle delante de una boca de incendios, a una chica que se baña en su casa, a un retrasado que se bebe un vaso de agua, a un grupo de pijas en bañador lavando un coche y restregando las tetas contra el parabrisas, a un niño gordo que se lanza de cabeza a una piscina hinchable en el jardín de su casa, etc...

No... No me he vuelto loco... Es que el tiburón en cuestión se ha convertido en un temible fantasma y basta con que exista un poco de agua en cualquier zona para que el espíritu del escualo se presente allí en busca de venganza.

¡¡Manda cojones!!

El film es patético y su único encanto es ver a Richard Moll (Bull, en Juzgado de guardia) por eso de ver una cara conocida y recordar los viejos tiempos cuando éramos unos chiquillos, pero que esto no os lleve a engaño: Su papel es penoso.

Al igual que Sharknado, Tiburón fantasma tiene unas actuaciones deplorables, un guión desastroso (aunque original, eso sí) y una pasada de vueltas en lo ridículo de las situaciones... Si eres un pajillero come-pizzas, seguro que te encanta este film.


¡Cuánto daño has hecho al mundo del celuloide, Spielberg!

¡¡Porqué no dirigiste Rodaballo, el terror que surgió de las profundidades!!

Hasta otra.

También podría gustarte...

4 comentarios

  1. Ni por asomo las explotaciones que se hicieron de esa excelente película de Steven Sielberg se limitaron a los tiburones.
    Apenas dos años después Tendríamos: “Orca la ballena asesina” de la Dino de Laurentis (guión italiano), pero dirigida por Michael Anderson con un reparto que incluye a Richard Harris y Charlotte Rampling. O el piraña de Joe Dante, la secuela con pirañas voladoras que James Cameron querría borrar de su memoria (y más de uno de sus retinas) o las de cocodrilos que perpetraron los italianos o incluso tailandeses como el “Cocodrilo” de Sompote Sands, Calamares (La Bestia), Pulpos …
    Pero de todas ellas, quizás la que ha dado películas menos malas o incluso alguna bastante aceptable de vez en cuando (por lo menos para mi gusto como “Deep Blue Sea” han sido las de tiburones. Porque películas con engendros que mezclan bichos, he visto desde jabalís (Razorback) a todo tipo de mezclas con serpientes, cocodrilos, pulpos y como no tiburones, pero a esas ya las considero casi más herederas de los Kaiju eigas japoneses con sus ridículos monstruos mutados y demás engendros de laboratorio que de la mítica película de Spielberg.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Y has visto alguna película que sea de rodaballos asesinos?

      Eliminar
  2. De rodaballos no, pero, en una línea evolutiva cinematográfica diferente, cómo olvidar la mítica Musarañas asesinas!!! Y además tiene segunda parte de no hace muchos años. Felicidades por el blog.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Caspian... Me alegra que te guste el blog y eso nos anima a seguir haciendo y escribiendo las "paridas" que ponemos por aquí.

    Es cierto que la película de Musarañas Asesinas es un clásico del cine "casposo"... Creo que si hicieran una tercera parte al estilo de "Musarañas asesinas submarinas" podríamos enlazar de algún modo el cine de tiburones con el de musarañas.

    Todo es cuestión de planteárselo...

    Un saludete, Caspian.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.