SHAOLIN COWBOY: Un cómic genial e inclasificable

Los siete primeros números de Shaolin Cowboy, un cómic creado de forma íntegra por Geoff Darrow (nominado en 2005 a los Eisner en las categorías de mejor artista/entintador, mejor serie nueva y mejor colorista y ganador en el 2006 al mejor escritor/artista por esta obra), se publicaron de forma irregular desde diciembre del 2004 hasta mayo del 2007 por la editorial Burlyman (propiedad de los hermanos Watchowsky, con los que Darrow ya había colaborado en multitud de diseños para su trilogía de Matrix). Los cuatro siguientes números los publicaría de forma regular Dark Horse entre octubre del 2013 y febrero del 2014.



Si en la cabecera de este post me refería a Shaolin Cowboy como un cómic inclasificable es porque, sinceramente, no sé cómo catalogarlo ni en qué género englobarlo… ¡Así de raro es!

Pero quizá es en esa rareza suya donde radica su genialidad.

Os cuento un poco de qué va la historia para que juzguéis por vosotros mismos.

El cómic transcurre en un futuro distópico, donde un antiguo monje Shaolin que apenas pronuncia palabra (expulsado de su templo por algo horrible que jamás se nos narra) viaja por el desierto a lomos de un burro llamado Lord Evelyn Winnieford Tercero que, por cierto, luce una visera traslúcida de color verde para no cegarse con los rayos del sol.

Creo que no hace falta que os diga que todo aquello que no pronuncia el monje, lo suelta el burro que, como habréis imaginado, sufre de incontinencia verbal y, cada dos por tres, tiene que estar soltando la primera tontería que se le pasa por la cabeza.

Por si esto no os pareciera lo suficientemente inclasificable (si es que lo absurdo puede ser tratado como un género, que quizá alguno me dice que sí lo es), los enemigos a los que se enfrenta el Shaolin son tan variados y ridículos que casi hasta me da vergüenza nombrarlos.

Entre estos enemigos se encuentran todo tipo de vaqueros/vaqueras y milicianos armados hasta los dientes, damas de alta alcurnia, monos que repiten mentalmente lo que tienen que hacer, un cangrejo parlanchín y karateka (conocido como Rey Cangrejo) que busca venganza porque el monje se comió a toda su familia en un restaurante (alucinante y demencial el cómic en el que nos hablan del origen de este villano), tres demonios de formas un tanto peculiares y unos tiburones blancos saltarines controlados mentalmente por una cabeza pútrida ensartada en una espada por la cavidad ocular.

Eso es lo que ocurre en los comics publicados por Burlyman y si uno pensaba que ya había asistido a suficientes dosis de absurdez, llegan los comics de Dark Horse y Geoff Darrow se dedica durante cuatro números a mostrarnos única y exclusivamente una pelea entre el monje Shaolin y miles de zombis (con un par de motosierras atadas en los extremos de un palo muy largo) en la que al principio pensé que era una idiotez de secuencia, luego que me estaban vacilando a la cara y por último sólo podía imaginar que semejante despropósito y exageración sólo podía surgir de una mente brillante.


¿Qué queréis que os diga?... No es un cómic de superhéroes; tampoco uno cómico aunque tenga frases y situaciones de ese género; no es gore aunque haya sangre y visceras perfectamente dibujadas (el estilo de Geoff Darrow es en este aspecto, simplemente magistral, obligándonos a dos o tres lecturas sólo para poder apreciar todos los miles de detalles que impregna a cada viñeta)...

¡Maldita sea!!!... ¡No tengo ni idea de lo que es!!!

Sin embargo, me atrevería a decir (por eso de decir algo, tener una opinión y así quedar como un erudito de este arte secuencial) que es un cómic surrealista, bizarro y atolondrado, repleto de comedia sin sentido y de violencia tan extrema que roza la estupidez más ridícula.

¡Y me lo he pasado de maravilla leyendo las aventuras de este personaje!!!

NOTA (a pie de página, aunque todos sabemos que este no es el pie de página) : No os recomiendo la lectura de esta obra si vais con la voluntad de encontrar una historia con un mínimo de sentido… Y os la recomiendo fervientemente si queréis pasar un rato muy, pero que muy entretenido leyendo algo que a día de hoy sigo sin saber cómo clasificar.

Y para terminar este post, aquí os dejo unas "bonitas" perlas de esta obra, que suelen cerrar cada comic-book americano.

 Foto tomada en Floristas Hacketts, tres semanas antes de que Shaolin Cowboy fuera despedido, a pesar de que ese mismo día ganaran el codiciado premio del año al arreglo floral conmemorativo Maureen Sidebottom.

Aislada imagen de la cámara de vigilancia 3761 de Shaolin Cowboy, tomada durante sus últimas tres horas como asistente de auto servicio en Food Barn, antes de ser informado de que era superfluo.

Foto tomada en Arizona por Joe Arpeyote Jr. de su padre, el alguacil Joe Arpeyote Sr., justo antes de arrestar a Shaolin Cowboy por vagancia y violación de las leyes de inmigración del estado. Cowboy se había detenido para dar asistencia viajera al alguacil y su familia y se le permitió terminar de cambiar el neumático antes de ser puesto en custodia.


La foto fue usada como evidencia en el jucicio a Cowboy y además para argumentar que los inmigrantes ilegales estaban quitando los trabajos a los mecánicos de Arizona y que la mano dura era necesaria.

Foto tomada a Shaolin Cowboy y sus compañeros internos, discutiendo la selección del libro del mes del Club Pistolas y Municiones 561 en el instituto correccional Wayne LaPierre, en las afueras de Dixin, Texas.


Pues eso... Lo que ha dicho el Shaolin... ¡Nos vemos, bujarrillas!!!


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