CRITICA STAR WARS: El Despertar de la Fuerza (Parte I)

Bueno, bueno, bueno, mis queridos malandrines...

No habríais pensado ni por un segundo que vuestro blog de guardia iba a dejaros sin el destripe del mega-evento cinematográfico de la década, ¿verdad?



Bienvenidos pues, a la única crítica realizada a dos bandas (por un par de capullos) de Star Wars: El Despertar de la Fuerza.

NOTA DE LOS DIRECTIVOS DEL BLOG PARA POSIBLES DEMANDAS POR PUBLICIDAD ENGAÑOSA
Puede que nuestros queridos lectores encuentren en la red, u otros medios, críticas de este film realizadas a dos bandas… Pero capullos como los que firman esta crítica... IMPOSIBLE"


Bien, al lio...

¿De qué manera puede criticaros vuestro amado Tito Emde esta película sin hacer spoilers que jodan el visionado de la misma?... ¿Cómo hacer sentir a nuestros bienamados lectores las sensaciones vividas?... ¿Cómo, en nombre de Darth Vader, puedo poner a parir a George "Muñequitos" Lucas sin que nadie se rasgue las vestiduras?... Y lo más importante de todo…

¿Cómo puedo escribir estas líneas, utilizando la Fuerza para pulsar el teclado sin cagarme por el esfuerzo?

Y lo más importante aún (si pensabais que lo anterior importaba, esperad a leer lo siguiente)...

¿Cómo cojones hago para convencer a mi señora y que se ponga dos ensaimadas en la cabeza, haciendo realidad mi fantasía sexual más friki? (¡Ven aquí, Leia, que te voy a dar de lo tuyo!!!)

No sé como hacerlo he… Muchas dudas mi corazón alberga… Las dudas a la ignorancia llevan… La ignorancia a la gilipollez abre las puertas… La gilipollez herramienta del lado oscuro es...

¡Joder!!!... ¿Veis?... Me pongo a pensar en mi parienta, en las ensaimadas de su cabeza, en mi sable de luz y…

¡La Fuerza me domina!!!

Entonces empiezo a hacerme pajas mentales (pajas Jedi, por supuesto) y nunca empiezo a escribir, así que la mejor manera de abordar el asunto de la crítica, sin desvelar datos de la película, es el que siempre he utilizado…

¡Contar la "mierdi-historia" de cómo fui al cine y, de paso, poner a parir a las tres entregas anteriores!!!

Yo soy de esos mamones heterosexuales que peinan canas a los que les gusta decir:

¿Star Wars?... Bueno, no voy a perder el culo por verla ya que no soy de esos frikis que babean en cuanto oyen lo de...

“¡Que la Fuerza te acompañe!”

Lo dicho... Yo en mi sitio a dos días del estreno mundial. "Ya la veré cuando cuadre", me digo.

El día antes del estreno me encuentro a un tipo, que también peina canas y con el que suelo desayunar, y nos ponemos a conversar sobre lo mismo de siempre: el Madrid, el Athletic, Rajoy, la Merkel y ni sé que temas más (a cual más trillado). En estas, el tipo del que os hablo (que está más contento de lo habitual) me suelta...

―Habrá que ir mañana a ver Star Wars, ¿no?
―Ah, ¿pero es mañana el estreno? ―miento como un cabrón, ya que se positivamente que se estrena ese Viernes.
―Claro... ¿No las has comprado? ―el hijoputa saca su cartera y me enseña dos entradas de fila central para la sesión de las 22:00 horas y me suelta una sonrisa socarrona de medio lado que firmaría el mismísimo Han Solo.
―Ah... ¡Que guay! ―ese “guay” suena más falso que un euro de madera y lo único que me pide el cuerpo es meterle dos hostias e irme corriendo con sus entradas.

Y ahí me quedo yo, con cara de pan y una sensación que no se si achacar a la rabia que me da no poder ir al estreno, a una conmoción en la Fuerza o a las ganas de ir al retrete, porque el café del bar de mi barrio es auténtica dinamita.

Recapacito unos segundos y tras percatarme que casi se me incendia el cerebro por el esfuerzo, obro en consecuencia (o sea, voy a defecar) y aprovecho esos momentos de intimidad maloliente para llamar a mi infatigable compinche Lual...

―Oye, Lual… ¿Sería posible conseguir entradas para ver Star Wars el día que quedemos?
―Supongo que por Internet no habrá problemas para sacar las entradas de alguna sesión, pero… ¿Tú no eras el que decía que no te ibas a poner como una colegiala por ver estrenos de estos?
―Sí... Eh... Uh... Sí... Eh... ¡Joder, mentí!!!...

¡QUIERO VER STAR WARS!!!

Lual (que se las sabe todas, dicho sea de paso), me comenta que verá lo que puede hacer. La conversación era telefónica pero podía sentir, cual experimentado caballero Jedi, la cara de póker de mi colega al soltarme aquello.

No pasaron más de tres o cuatro horas cuando una conmoción en la Fuerza me sacó de mis gilipollescos pensamientos. Bueno, más que una conmoción era mi teléfono móvil que vibraba al recibir un mensaje de Whatsapp. Es de Lual. Veo que contiene una imagen. Abro dicha imagen y en ella, la suave manita de Maese, sujetando lo que parecen ser dos entradas de cine. Amplio la imagen con dedos temblorosos. ¡Veo que son dos entradas para la sesión de tarde de Star Wars, en los mejores asientos de la fila central!... ¡La conmoción en la Fuerza es real!!... ¡Me veo obligado a subir a casa para cambiarme los gallumbos!!!

¡VOY A VER LA NUEVA ENTREGA DE STAR WARS!!!

Lual y yo quedamos para comer algo antes de la sesión, ya que mi colega, con el buen criterio que le caracteriza, cae en que los críos tienen vacaciones navideñas, con lo cual toda sesión a partir de las seis de la tarde puede ser una aglomeración y un caos de nenes pegando berridos insufribles.

Yo estaba un poco cabreado con una de las sagas que más recuerdos entrañables me había traído durante mi niñez, porque de adulto fui con mucha ilusión a ver Star Wars: La Amenaza Fantasma y esa ilusión se fue a tomar por culo en cuanto apareció Jar Jar Binks (una especie de ser anfibio extremadamente gilipollas, que hablaba una suerte de idioma parecido al portugués con menos gracia que Xuxa y unas orejas gigantes que para nada eran comparables a los turgentes senos de la pedagoga brasileña).

En esta primera parte de la saga (George Lucas se sacó de la manga un orden de lo más peculiar, empezando su saga galáctica por la cuarta entrega, como todos nuestros avezados lectores saben) se nos narraba, a modo de nueva trilogía, el descenso de Anakin Skywalker al Lado Oscuro de la Fuerza, hasta convertirse en nuestro villano más querido y odiado Darth Vader (personalmente, creo que más lo primero que lo segundo).

Pues bien, esta trilogía de la que os hablo, me hizo cabrearme con la saga, con los actores, con los muñequitos, etc… Pero sobre todo, sobre todo... ¡Con George Lucas!

¡Y si!... ¡Lo habéis adivinado!... Enumero los tres grandes errores que achaco a Lucas para cabrearme tanto con él.

1.- George Lucas es un pésimo director de actores.

A ver... Conseguir que Liam Neeson, Peter Cusing, Cristopher Lee o Alec Guinness hagan un buen papel en una producción, no tiene el más mínimo mérito. Ellos son buenísimos actores y van a interpretar el guion que les des a las mil maravillas. Es como ser un mal entrenador y hacer que Messi juegue mal, o sea,  imposible…

Pero la cosa cambia cuando se trata de convertir en estrellas a actores del pelo de Mark Hamill, Carrie Fisher o Hayden Christensen. Ahí es donde tiene que verse la mano del director, convirtiendo la mediocridad en buen trabajo… Y ya veis el resultado de las carreras de estos aspirantes a estrellas: caca de la vaca… ¿Y Harrison Ford?... Pues Harrison Ford estaba llamado a ser una estrella, lo dirigiese quien lo dirigiese, ya que era bueno de serie.

2.- George Lucas tiene una obsesión enfermiza por forrarse a costa del merchandising y la venta de muñequitos.

En este punto nombraré a los Ewoks y a Jar Jar Binks y no diré ni una palabra más, pues no quiero cabrearme y lanzar el ordenador por la ventana, pensando en toda la cantidad de muñequitos, tazas, camisetas y demás tonterías de la saga, con inmensidad de personajes estúpidos e insignificantes que solo estaban ahí para sacar dinero con su... ¡figura de acción totalmente articulada!

3.- George Lucas cree haber descubierto la pólvora y que sus seguidores le debemos pleitesía.

Todo lo que vemos en los extras del BluRay de la trilogía del origen de Darth Vader son entrevistas en las que Lucas está excusándose de errores de las mismas: Que si parece haber más tecnología en el pasado… Que si la arquitectura en tiempos de la República era más barroca… Que si era súper necesario hacer una nueva (enésima) edición en BluRay, porque Jabba se tiraba un pedo hablando con Han Solo y de no corregirse ese error, no se entendería el conjunto de las películas...

Veis por donde voy, ¿no?... Excusas no pedidas para justificar sacarle mas perras al sufrido fan.

¡Vale, Lucas!!!... Creaste el universo Star Wars y eres el que marca las reglas, pero todo tiene un límite (vamos, digo yo).

En fin, lo que os decía, que me estoy yendo por las ramas...

Estaba entre emocionado (ver una nueva entrega de la saga galáctica por excelencia siempre es motivo de expectación) y temeroso (Hayden y Jar Jar aparecían en mi cabeza cantando "Tengo un tractor amarillo"), con el súper cubo de palomitas y el refresco de cola de rigor.

Lual y yo nos aproximamos a la sala de proyección, haciéndonos selfies a cual más ridículo junto a carteles de la película, para nuestras señoras... Esta liturgia u oda al gilipollismo son solo posibles al ir a ver una entrega de Star Wars.

Llegamos a la sala, silenciamos los móviles, vemos anuncios de próximos estrenos que pintan muy bien, tenemos unas estúpidas sonrisas en la cara, se apagan las luces, nuestros caretos son de ver para creer (bueno, el mío ya que Lual se mantiene impasible, como es habitual en él), pantalla en negro, y aparece un texto en un cielo espacial...

HACE MUCHO TIEMPO EN UNA GALAXIA MUY LEJANA...

Suena la fanfarria del maestro John Williams, miro a mi colega, nos sonreímos (yo más que él) y cojo postura en el asiento, dispuesto a perdonar lo mala que fue la anterior trilogía.

Os he dicho que aunque es probable que a estas alturas ya la hayáis visto, no voy a hacer spoilers. Lo que si voy a hacer es enumerar sus múltiples virtudes.

1.- J.J. Abrams es mucho mejor director de actores que George Lucas.

El futuro de los protagonistas de esta nueva saga está por descubrir, pero puedo aseguraros que será mucho mejor que el de Hammil, Christensen, y Fisher.

2.- La película recupera por completo el espíritu de la trilogía original.

Tanto La Amenaza Fantasma, El Ataque de los Clones y La Venganza de los Sith (esta última la más potable de las tres) intentan dar coherencia política a la creación del Imperio, utilizando de forma pacotillesca la creación del imperio romano, sin conseguir dar esa profundidad y logrando en cambio apartarnos cada vez más de la esencia aventurera y maniquea de la trilogía original.

Y aquí sí que resalto el maniqueismo como virtud… A ver, chavales: Star Wars es una saga de buenos y malos, de aventuras simples, en fin, es una historia sencilla, aunque englobada en un universo creado por la imaginación de Lucas (eso se lo concedo) de lo más rico y variopinto.

3.- Respeta la estructura de la primera parte.

O cuarta parte, o lo que sea, la de Una Nueva Esperanza, para que se me entienda. No voy a contar nada concreto, pero en la película hay unos planos secretos que indican un lugar al que llegar, hay una base que atacar, hay unos rebeldes que lucharán por la libertad de la galaxia, hay combates Jedi súper chulos (y sin cabriolas ni volteretas imposibles, a Dios gracias), hay una muerte importante, hay un malo convincente

¡Sí!... ¡Convincente!... No es justo querer comparar a Kylo Ren con Darth Vader ya que este último ha tenido casi cuarenta años para convertirse en el icono de la ciencia ficción que es hoy.


Con respecto a la estructura del film, he leído por ahí que si El Despertar de la Fuerza venía a ser poco menos que un remake de Una Nueva Esperanza. Eso es lo mismo que decir que La Jungla 2: Alerta Roja es un remake de La Jungla de Cristal, me explico: John McLane es un duro poli de Nueva York que se ve metido en el secuestro de un edificio en La Jungla de Cristal y salva la situación, en su segunda parte le pasa exactamente lo mismo pero esta vez en un aeropuerto. ¿Veis por dónde voy?... Que Abrams respete la esencia aventurera de Star Wars no quiere decir que esté haciendo un Remake, sino que está volviendo por el camino de la saga original (camino perdido por Lucas en la trilogía anterior).

En resumen...

Star Wars: El Despertar de la Fuerza me ha reconciliado con la saga ya que me ha hecho volver a esas sensaciones de cine aventurero simplón que echaba de menos. Es un entretenimiento de primera magnitud (como solo esta saga merece) y me da la sensación que esta nueva trilogía va a volver a engancharme a la saga.

Otro apunte...

Con Abrams, la saga está en buenas manos.

¡Que la Fuerza os acompañe!

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