Los días 21, 22 y 23 de Noviembre tuvo lugar en Las Arenas (prácticamente al lado de mi casa) la XIII Edición del Salón del Cómic de Getxo, un evento al que acudieron cerca de 21.000 visitantes, lo cual demuestra la buena salud de la que dispone este medio cultural.
En estos tres días, la gente pudo visitar los stands de venta de comics (que nunca deben faltar en un sitio como este) y participar de las actividades que tuvieron lugar.
Este año cabe destacar la visita de autores tan importantes como Kevin O’Neill (dibujante de La Liga de los Hombres Extraordinarios y de la tan polémica en su momento, Marshall Law), Carlos Pacheco (Flash, Superman, Los Vengadores, Los 4 Fantásticos…), Emma Ríos (autora del cartel de esta edición del Salón del Cómic y dibujante de Hexed, Runaways, Doctor Extraño, Bella Muerte,…) y mi admirado Jordi Bernet (Torpedo 1936, Clara de Noche, Custer, Historias Negras, Jonah Hex, American Vampire,…), uno de los dibujantes españoles con mayor renombre en el panorama del cómic internacional.
De estos dos últimos autores hay que destacar la exposición de originales de Emma Ríos y el homenaje que se rindió a Jordi Bernet (creo que no hace falta que diga que la foto que he puesto no pertenece a ese evento). También se realizó una exposición celebrando los cincuenta años de Mafalda.
Este año, Tito Emde y yo fuimos al Salón el Viernes, a las pocas horas de inaugurarse el evento, y la verdad es que entramos de la misma, estando muy a gusto allí, disfrutando de los stands, hablando con profesionales del medio y (¡como no!!!) comprando algún cómic que otro.
El sábado a la tarde volví al Salón, esta vez acompañado por mi sobrino de doce años, pero esta vez había que hacer una cola de casi una hora para poder entrar… ¡Alucinante la cantidad de gente que querría disfrutar del Salón!!!
Por suerte, tenía en mi poder unas invitaciones, así que entramos sin tener que esperar a hacernos con un par de entradas. Como no podía ser de otro modo, ese día también me compré unos cómics a los que había echado el ojo el día anterior y lo más importante: Intenté que mi sobrino disfrutara del ambiente para que en el futuro también se haga un coleccionista de cómics como yo.
La verdad es que ver a tanta gente en el Salón me alegró un muchísimo, pues es síntoma de que goza de buena salud y por lo tanto, que podré disfrutar de sus novedades hasta el día que me muera.
¡Hasta otra!!!
En estos tres días, la gente pudo visitar los stands de venta de comics (que nunca deben faltar en un sitio como este) y participar de las actividades que tuvieron lugar.
Este año cabe destacar la visita de autores tan importantes como Kevin O’Neill (dibujante de La Liga de los Hombres Extraordinarios y de la tan polémica en su momento, Marshall Law), Carlos Pacheco (Flash, Superman, Los Vengadores, Los 4 Fantásticos…), Emma Ríos (autora del cartel de esta edición del Salón del Cómic y dibujante de Hexed, Runaways, Doctor Extraño, Bella Muerte,…) y mi admirado Jordi Bernet (Torpedo 1936, Clara de Noche, Custer, Historias Negras, Jonah Hex, American Vampire,…), uno de los dibujantes españoles con mayor renombre en el panorama del cómic internacional.
De estos dos últimos autores hay que destacar la exposición de originales de Emma Ríos y el homenaje que se rindió a Jordi Bernet (creo que no hace falta que diga que la foto que he puesto no pertenece a ese evento). También se realizó una exposición celebrando los cincuenta años de Mafalda.
Este año, Tito Emde y yo fuimos al Salón el Viernes, a las pocas horas de inaugurarse el evento, y la verdad es que entramos de la misma, estando muy a gusto allí, disfrutando de los stands, hablando con profesionales del medio y (¡como no!!!) comprando algún cómic que otro.
El sábado a la tarde volví al Salón, esta vez acompañado por mi sobrino de doce años, pero esta vez había que hacer una cola de casi una hora para poder entrar… ¡Alucinante la cantidad de gente que querría disfrutar del Salón!!!
Por suerte, tenía en mi poder unas invitaciones, así que entramos sin tener que esperar a hacernos con un par de entradas. Como no podía ser de otro modo, ese día también me compré unos cómics a los que había echado el ojo el día anterior y lo más importante: Intenté que mi sobrino disfrutara del ambiente para que en el futuro también se haga un coleccionista de cómics como yo.
La verdad es que ver a tanta gente en el Salón me alegró un muchísimo, pues es síntoma de que goza de buena salud y por lo tanto, que podré disfrutar de sus novedades hasta el día que me muera.
¡Hasta otra!!!