El otro día me pasé por el blog de este par de mastuerzos. Observé que hacía mucho tiempo que no actualizaban el sitio con nuevas entradas, así que les llamé por teléfono y con toda la educación que siempre me ha caracterizado, les pregunté: —¿Qué pasa. idiotas? ¿Por qué no publicáis nada en el blog? —Es que... Es que... —respondieron como dos niños de...