ZOMBIVAL: Entrada 10

La Gran Vía estaba cortada a la altura de la calle pintor Baeza, y esta misma hasta la plaza América también estaba libre de tránsito. La calle se encontraba desierta salvo por algunas ambulancias y furgonetas de la policía.

La gente seguía entrando al edificio por los accesos de urgencias y los de consultas externas, el único prohibido era el del parking. Durante un día normal, el centro podía registrar varios miles de entradas.


El Hospital Universitario de Alicante era un recinto vallado en todo su perímetro, a excepción de las entradas, una por la Avenida Pintor Baeza y dos por la Avenida Jijona. La policía local, por parejas, patrullaba el perímetro del centro hospitalario.
Por dentro, el recinto consistía en un enorme parking, un edificio muy grande de unos ocho pisos, separado en las siguientes áreas; el edificio de consultas externas, con más de ciento treinta despachos para atender consultas, el salón de actos, el edificio anexo, dos bares, los tres edificios de hospitalización con aproximadamente ochocientas camas. Un  módulo de urgencias de dieciocho cabinas, otro de cirugía con veinticuatro quirófanos, y el hospital de día. Delante del hospital y al lado del parking estaba el helipuerto, el edificio de informática, de una sola planta, y el edificio Gris.

El edificio Gris disponía de dos módulos que albergaban los laboratorios, y tenía un par de plantas en desuso. Ese era el motivo por el cual se decidió establecer la cuarentena de las sesenta personas de la urbanización. El edificio Gris tenía dos entradas, una de ellas con una rampa que daba directamente al parking del hospital. A unos seis metros de esa puerta había un depósito blanco de hidrógeno, rodeado por una valla. La otra entrada estaba en la zona opuesta y daba a un patio vallado que estaba a la vista de cualquiera que estuviera en la calle.

En ese momento parte de la fachada derecha ardía. Un camión de bomberos intentaba apagar el fuego, pero solo conseguía que este no se extendiera a otras zonas del edificio.

En el acceso de la rampa, doce policías antidisturbios, con la habitual parafernalia de cascos, escudos, porras y protecciones, formaban en semicírculo delante de la puerta del edificio. Detrás de ellos un par de coches patrulla, dos ambulancias y un total de seis agentes mas, que estaban desplegados por parejas en el parking.

La sensación era de calma tensa, no había entrado ni salido nadie del edificio en una hora, sin embargo desde fuera se escuchaban gritos y ruidos muy extraños, pero el edificio estaba en cuarentena, solo personal asignado tenía permiso para entrar.

Brujo tenía aparcado el VAMTAC en frente de la fachada principal. Uno de los policías locales le dijo que no había problema, que el intento de salida por la fuerza de dos de los individuos que estaban en cuarentena había sido abortado y que los antidisturbios los habían trasladado a una nueva área de contención en las piscinas del monte Tossal, cerca del estadio de fútbol. Tres agentes estaban siendo atendidos en urgencias por heridas superficiales, algún corte y uno de ellos por una mordedura, aunque las cosas se habían calmado. Estaban esperando que llegara personal de control de sanidad que les dijera cómo estaba la gente de dentro.

Brujo miró a la avenida, ni siquiera los gorilas que tanto abundaban en esa zona estaban a la vista. Aquí al menos podrían descansar un rato. A la derecha se hallaba un bar abierto donde algunos policías estaban desayunando, así que Animal y Taco habían traído bollería y cafés para todos.

Nunca hubiera creído que esto pudiera pasar en su país, pero ahí estaba la prueba, las cosas... simplemente suceden. Abrió el diario del Sargento Ayora y siguió leyendo.

"102130ENE13 Es noche cerrada, hace mucho frío aquí. Unos 92 kilómetros nos separan del aeropuerto. Escribo esto en el asiento del acompañante, los Ural de 5 toneladas tienen dos asientos de acompañante, Obidin va a mi lado, nos hará de intérprete de ruso durante el trayecto. El capitán conduce, el resto de la sección está en la caja.

Casi varados en un atasco a las afueras de Chirkey, el equipo médico español al que precedíamos cuando llegamos, salió hacia el aeropuerto hace una hora. Hemos dejado todo nuestro equipo de descontaminación montado en la explanada de la presa, apenas empezamos a desmontar se oyeron disparos desde la montaña. Hemos salido de allí a todo gas. No estamos preparados para esto, los polacos nos siguen por la carretera de entrada a Chirkey, se oyen disparos delante y detrás nuestro, pasamos a veinte por hora llegando al control de entrada al pueblo, hay un autocar en llamas y unos civiles de pie contra el muro grafiteado que pasamos esta mañana, he oído las ráfagas mientras nos íbamos. Tomo nota de las coordenadas para el informe.

102245ENE13 Esto es horrible, tengo que escribirlo todo, esto tiene que saberse, no pueden exterminar a la población, es criminal. El personal de OMON (Escuadrón Policial para Propósitos Especiales) está quemando todas las casas, pasamos a velocidad muy reducida por la ciudad, hay gente corriendo en todas direcciones, he visto como le disparaban en la nuca a una mujer, Obidin ha dicho que no debemos parar bajo ningún pretexto, hay que salir de aquí cuanto antes posible o nos atascaremos en esta pesadilla.

102315ENE13 No vamos a llegar con vida ahora lo sé, les he visto la cara, me tiemblan las manos... esos rostros... A la salida de Chirkey en el control a la altura para salir a la carretera de  Buynaksk, encontramos un camión Ural en llamas tirado en la cuneta. Ellos tenían la barrera bajada, así que hemos parado los vehículos a su altura, parecía que nos fueran a pedir una hoja de ruta o algo de la carpeta que nos dieron al llegar a territorio ruso. Apenas hemos sacado la cabeza por la ventanilla cuando Obidin se ha puesto a gritar "¡Davai Davai, Go Go Go!", el soldado que nos iba a pedir los papeles ha saltado a la puerta del camión, golpeándola, tenía los ojos inyectados en sangre.

Chirkey está en llamas y las granjas que lo rodean también, hay una ola de gente que va en dirección a la capital, a través de los campos, huyendo del caos. Ya no se ven vehículos, solo maletas y ropa tirada en la cuneta, había visto algo parecido cuando fui casco azul en Bosnia, la muchedumbre llenaba las carreteras en su escapada hacia ninguna parte, y cuando estaban en peligro abandonaban todo el lastre, eso eran sus vidas, lastre. ¿Dónde estará ahora toda esa gente?...

Obidin ha dicho que los soldados del control fueron infectados por el virus  pero que sus cuerpos aguantaron el shock y que seguían vivos, que son mucho más activos y ágiles que los otros, los muertos. No entiendo el concepto... hasta un portero de futbolín es más ágil que un muerto. ¿qué significa aguantar el shock? ¿qué shock? ¿hasta qué punto activos?¿cómo que muertos? ¿desde cuándo la gente camina si está muerta?

Dice que el virus produce la muerte si no se supera el shock, La muerte es orgánica, no cerebral, ¿? siguen intentando respirar, y buscarán la vida en cualquiera de sus formas, para alimentarse de ella. El individuo pasa a tener el coeficiente intelectual de una ameba, se mueve para alimentarse pero aparte de eso nada mas, no sienten dolor. O al menos no lo aparentan.

Si se supera el shock no hay muerte orgánica, ni cerebral, el individuo tiene la misma hambre de vida que los que no superan el shock, solo que  es capaz de hacer cosas que los otros realmente muertos son incapaces de hacer, y su agilidad es mucho mayor. Al ser un ser vivo, la capacidad del virus de reproducirse es mucho más rápida, con lo cual, al infectar a otras personas estas sufrirán antes el shock.

Nos ha dicho que no hay un patrón, aproximadamente el tres por ciento supera el shock, las causas pueden variar, haber sido una persona excepcionalmente sana, estar tomando o no algún tipo de medicamento. No tuvieron tiempo de cotejarlo y comprobarlo. En cualquiera de esas dos formas los individuos son altamente contagiosos.

Ha dicho que no tuvieron tiempo de cotejarlo, ¿cómo que en cualquiera de esas dos formas?, ¿es que hay otras?
 
A veces, a los lados de la carretera me parece ver figuras que corren. Las charlas con Obidin y la experiencia del punto de control me están sugestionando.

Le he preguntado si con todo esto se refiere a zombis, "el termino zombi está infravalorado científicamente, no están muertos, están más vivos que usted o que yo" me ha contestado. En ese momento, se ha hecho el silencio en la cabina del camión.

Buynaksk está en llamas, por lo que hemos decidido no parar en la ciudad"

Unas palmadas fuertes sacudieron el techo del vehículo.

— ¡¡¡Brujo, Brujo!!!.—  Algo está ocurriendo en la entrada del edificio de en cuarentena.

Los policías que estaban desayunando en la barra del bar, abandonaron los cafés y los croissants a medio mordisquear mientras sus radios no paraban de emitir. Cruzaron a tropel la calle y se quedaron a la entrada del parking del hospital. Brujo subió al VAMTAC para tener una mejor vista de lo que estaba pasando.


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