Maese Lual y Tito Emde se reunieron para hablar del rumbo que había tomado el blog y del éxito que estaban teniendo sus propuestas entre la comunidad de Internet. 

―¿Y si hablamos sobre el vodka? Nos informamos en la Wikipedia y en el bar de abajo y publicamos un post con contenido que seguro que encanta a los rusos. ―Emde hablaba emocionado de las ideas que le venían a la cabeza.
―¿Y qué conseguiríamos con ello? ―Lual, con su habitual actitud, intentaba ver en el proyecto algo más allá de sus narices, sin lograrlo.

―¿Que qué conseguiríamos? Lo primero, unos tragos y unas tapas gratis en el bar, porque conozco al camarero y le puedo convencer de que, con el post de nuestro blog, su negocio aumentaría las ventas exponencialmente.
―Vale, eso lo entiendo pero… ¿Pero porqué vodka?
―Por los rusos.
―¿Qué pasa con ellos?
―¿No visitan nuestro blog en plan bestia?
―Son piratas informáticos.
―Ah… Y eso no es bueno.
―No mucho, la verdad.
―¿Y entonces cómo solucionamos lo del nuevo personal que nos está esperando para ser contratado?
―¿Qué personal?
―Ah… Que no te lo he dicho.
―¿Decirme qué?
―Que vamos a incorporar un nuevo miembro al blog.
―¿Cómo?
―Pues… Eso… Que pensaba que estábamos teniendo un éxito tremendo entre la comunidad de Internet y por eso me he permitido el lujo de bueno… Ya sabes…
―Ya…
―Pero nos sale gratis, ¿eh?... No hay que pagarle, ni nada de eso…
―¿Acaso tenemos dinero para hacerlo?
―Yo no tengo mucho, la verdad.
―¡Pues yo tampoco!
―Entonces no lo he hecho tan mal.
―¿El qué?
―Eso… Coger a una persona sin gastarnos un duro.
―Mmmmffff… Vale, tienes razón.
―Además ya he hecho una primera criba con toda la gente que se había apuntado.
―No me lo digas… Te has quedado sólo con las mujeres…
―¡Eh!... ¡No me ofendas!... Las mujeres tienen un índice más alto de productividad… ¡Lo he hecho por nuestra empresa!
―Y seguro que todas ellas están por encima de una talla 95.
―Buenooo… ¿Qué podía hacer?... Por algún sitio debía empezar a hacer la criba.
―Y me juego el tipo a que te has quedado sólo con las que están muy buenas.
―¡Ahí te equivocas!... Yo no hago ese tipo de distinciones a la hora de seleccionar personal… ¡Sería sexista!
―¡Ah, es verdad!... Que a ti te gustan todas…
―¿Ves como soy imparcial?
―En fin… Empecemos de una vez con las entrevistas, a ver si alguien se quiere apuntar a este proyecto nuestro de pacotilla.




―Bien… ¿Cómo te llamas?
―Lucía.
―Encantado, yo soy Lual. No quiero entretenerte, así que comencemos de inmediato con la entrevista... ¿Cómo descubriste nuestro blog?
―Por un desgraciado accidente.
―O sea, que llegaste por error.
―Sí.
―¿Y qué es lo que pasó?
―Clické sin querer en el link equivocado.
―¿Y eso lo convierte en un “desgraciado” accidente?
―¿Habéis leído vuestro propio blog?
―Estooo… Buenooo… Yo soy más de escribir, pero bueno... Continuemos con las preguntas.
―Pero rapidito, que tengo cosas más importantes que hacer.
―Si nos consideras tan malos, ¿porqué quieres entrar aquí?
―Hombre, mi sentido arácnido me ha “hablado” y me ha dicho que aquí me voy a sentir cómo en casa. Además, este sitio necesita urgentemente una capa de pintura de color rosa chicle, lo está pidiendo a gritos.
―¿Y pintándolo todo de rosa crees que vas a estar a la altura de un par de mastuerzos como nosotros?
―Por favor, ¿acaso ponéis en duda que no esté a la altura?... ¿No lo dirás por mi estatura, verdad?… A ver, volviendo al tema… Puedo teclearos una entrada con una mano, mientras con la otra estoy haciéndome la manicura en los pies. Y todo esto sin despeinarme.
―¿Son naturales tus...?... ¡Demonios, Emde!... ¿Cómo has podido escribir una pregunta así?
―¿Que si son naturales el qué? ¿Mis pies?
―¡Ay, Dios Mío!... Si te fijas en la mirada de mi compañero sabrás a lo que me refiero.
―A veeerrr... ¡Vale!... Sí, lo son… ¿Es normal que ese tío babee tanto?... Si sigue así se va a deshidratar.
―Hace tiempo que dejé de plantearme esa cuestión. En fin, continuemos…
―¿Qué experiencia tienes en esto de los blogs?
―Alguna tengo, cómo por ejemplo de administradora en mi pequeño mundo de Delirios y Entelequias, un blog relegado al olvido por extrañas circunstacias que aún anda investigando Iker Jimenez... Como lectora también tengo experiencia, pero vamos, que para algo os he entregado mi CV... ¿Acaso no sabeis leer?... En fin, lo que una se ve obligada a hacer para que le hagan caso...
(Cruce de piernas)
―Eeehhh... ¡Lual!... Déjame que siga yo con la entrevista, que esto se pone interesante... A ver chati, ¿qué es eso de un CV?
―Cuantificación Vitalicia... Empiezo a pensar, por el nivel cerebral de esta sala, que hubiera sido mejor no haber venido.
―¿Tienes novio?
―¿Tengo pinta de no tenerlo?
―No lo sé, por eso lo pregunto. No obstante, me tomaré eso como un “sí”… ¿Sabes que según la nueva reforma laboral vuelve a estar en vigor el derecho de pernada?
―Eso he leido en los periódicos. ¡Hay que ver lo mal que se han puesto las cosas con esto de la crisis!... Por cierto, también han admitido en la reforma, una ley que permite a los novios dar dos collejas a cualquier baboso que "encere" el suelo de esa manera, que ya me estoy oliendo el percal y paso de limpiar "eso" sólo porque voy a ser la nueva.
―De acuerdo... Estooo... ¿Me disculpas un segundo, chati?... Voy al excusado y seguimos la entrevista...
―¿Derecho de pernada?... ¿De verdad tu compañero lo decía en serio?... ¿Pero a este dónde lo encontraste?
―¿Que dónde lo encontré?... Pues... Lo conocí en un bar... Tenía muy mala pinta, como si estuviera deshidratado... Me pidió un paquete de kleenex en vez de vendérmelos... Eso me llamó la atención. ¡Mira, por ahí vuelve!... Veo que esta vez ha sido rápido.
―Bueno, Lual... Ya estoy más relajado y pensándolo bien, esto es lo que hay... Tengo una prima hipoglucémica en el pueblo que nos podría servir, pero no tenenos para pagarla el tren así que...
―¿Cómo que esto es lo que hay?... Seamos sinceros, esto necesita una capa de pintura rosa y yo soy la indicada para ello... Os puedo asegurar que si me contratáis, yo y mi "hamijo" invisible, Rodolfo, que no tiene tetas pero es muy majo, os vamos a dejar el blog lo más "fashion" que os podáis imaginar.
―No sé que es eso de "fashion"... ¿Esa palabreja está relacionada con los rusos?
―Tú contrátame y te aseguro que cuando los rusos se tomen un par de botellas de Vodka, van a ver las tetas en las dos carretas y las carretas en mis tetas.
―Eso que dices me parece muy intelectual y profundo. No obstante me gustaría aclarar, para que en el futuro no haya malos entendidos, que yo no estoy "obsesionao" con las berzas de nadie, pero he de pensar en nuestro público y en como los temas relacionados con los pechos de las muj... Perdón... Otro segundito y vuelvo enseguida...
―Se va para meneársela de nuevo, ¿verdad?
―En ese tema es insaciable... A veces tengo miedo de tocar el teclado del ordenador que compartimos para el trabajo...
―Lo entiendo.
―Es un tipo particular, aunque acabas cogiéndole un poco de cariño cuando llevas con él cerca de treinta años.
―Pero vosotros os conocéis de mucho menos.
―Por eso lo digo.
―O sea, que voy a estar trabajando con un tipo que es como un gremlin, aunque a este, en vez de no darle de comer después de medianoche, no hay que enseñarle ninguna foto de escotes, por muy pequeños que sean...
―Algo así. Si vienes todos los días al trabajo con un jersey de cuello vuelto y una gabardina, puede que no tengamos que contratar a ninguna señora de la limpieza para que desinfecte el suelo todos los días.
―Resulta preocupante... No me quiero ni imaginar qué puede ocurrir cuando Emde se duche.
―¡Hola!... ¡Ya estoy aquí!... Estabais intimando, ¿eh, traviesillos?
―Pues no.
―Bueno, contestando a tu pregunta, aunque aquí las hacemos nosotros, te diré que en la ducha me da por cantar cosas de Manowar.
―Eso explicaría porqué nos hemos quedado sin primavera.
―Bueno, continúo con la entrevista... ¿Tienes novio?
―Esa pregunta ya me la has hecho.
―Solo era para confirmarlo.
―¿Quieres que te lo presente?... Estaría encantado de conocerte... Y hasta quizá de romperte la cara...
―Vale... Última pregunta por mi parte... ¿Te puedes sacar un seno?
―Lo hago si tú pones ahora mismo esa cosa arrugada que te cuelga sobre la mesa y me dejas utilizar con ella, la grapadora profesional y ese pisapapeles de mármol que tenéis.
―Me acabas de acojonar.
―Mejor que no me pongas a prueba.
―Yo por mí, le doy el puesto. ¿Qué opinas, Lual?
―Lucía... ¿Te das cuenta de que todo lo que has contestado es negativo para nosotros?
―Por supuesto. ¿Me tomas por imbécil?... Si me pongo a pensarlo, en verdad los únicos con pintas de anormales sois vosotros.
―¡Genial!...Ahora sí que me siento incómodo… En fin… La última pregunta… ¿Porqué te tendríamos que aceptar entre nuestras filas?
―Porque tiran más dos tetas que dos carretas… Si no preguntádselo a los rusos.
―Ah… Vale… Pues... Si a Emde le parece bien y por lo que veo es así, pues se ha ido de nuevo al baño... ¡Te contratamos!... No tenemos dinero, pero te prometemos un futuro prometedor en esto de internet...
―Pues sí que ha sido fácil... Venía con el CV empollado y con el book de fotos al natural por si las "flys”, pero veo que no ha hecho falta.
―¿Habías traido un book con fotos tuyas "ligerita" de ropa?
―Sí, claro.
―¿Y no habría posibilidad de que...?
―No... Eso sería acoso a una trabajadora... Os denunciaría y os hundiría el garito...
―¡Mierda!
―Por cierto, supongo que el baño no será unisex y que tendré uno propio para mi, ¿verdad?... Es que soy muy escrupulosa con la limpieza.
―¿Serviría de algo si dijese que estamos en familia?
―Una cosa es la familia y otra la limpieza... Y en esto mas vale ser claros desde un principio...


Y así fue como Maese Lual y Tito Emde invirtieron unos cuantos miles de euros en hacer un baño para señoritas y para tener su primera secretaria que, con el tiempo (en verdad muy poco) se convirtió en la jefa del todo el cotarro…