LOBO: El último czarniano
Los años 80 nos brindaron una serie de cómics buenísimos, llenos de aventuras increíbles y de personajes carismáticos. Esta historietas son imposibles de olvidar hoy en día y aún siguen manteniendo ese germen de diversión tras treinta años a sus espaldas.
Los 80 fueron increíbles años de gran creatividad y de ideas geniales que germinaban en unas historias con un interesante transfondo (que no sólo se quedaban en la superficie), o aventuras que sencillamente se internaban en el aspecto del entretenimiento puro y duro para hacer pasar un buen rato al lector. Y lo más importante: Nos trajeron la evolución madura de la figura del superhéroe.
Varios ejemplos de cómics geniales de esta época son los siguientes (aunque no todos, por supuesto): Daredevil, de Frank Miller (Born Again, resulta impresionante); El regreso del señor de la noche, de Frank Miller (una revisión adulta de Batman que se convertiría en la base para todas sus sucesivas historias); Watchmen, de Alan Moore (de una profundidad intelectual bestial); Los cuatro fantásticos, de John Byrne; etc...
Tampoco voy a seguir citando y citando cómics, porque los que sepan del tema ya saben a lo que me refiero y los que no, pues bueno… No quiero aburrirlos con un listado de obras que no les va a aportar nada.
Pero llegaron los años 90 y todo eso en vez de mejorar, se fue a la mierda.
Las historias habían dejado de resultar originales y los guionistas en vez de buscar nuevas ideas, se limitaban a repetir aquellos conceptos que habían dado tan buenos resultados unos años antes.
¿Y qué ocurre cuando algo lo repites y lo repites?... Pues que termina por desgastarse del mismo modo que si te quedas mascando un chicle durante cinco horas seguidas: Al final no sabe a nada.
¿Y qué hicieron los guionistas para compensar esta falta de “sabor” en los cómics?... Pues decidieron hacerlo todo exagerado, amanerado y a lo grande… Y por grande me refiero a “GRANDE”: Héroes musculados e hinchados hasta límites insospechados (supongo que por eso siempre parecían estar tan cabreados con todo el mundo y con esa cara de mala leche, sería cosa de las hormonas que se “chutaban”).
La “solución” planteada no hizo sino empeorar las cosas pues a los guiones insulsos, se le sumaron unos héroes “enfadados” sin motivo alguno y a los que daba igual si estaban en una batalla o contando chistes: Siempre tenían cara de pocos amigos.
Lo peor de todo es que tanta mala hostia no servía para nada porque al final, por muy violentos que se pusieran los héroes, siempre terminaban por hacer lo correcto y ser más blandengues que un trozo de gelatina en una batidora.
¡¡Menuda panda de maricas!!… ¿Para eso estaban constantemente de mala leche?... ¿Para no hacer nada bestial?...
Entonces (gracias al cielo… o al infierno, según se mire) llegó Lobo y por fin hubo un héroe (en este caso antihéroe) con las pelotas lo suficientemente grandes como para cargarse y destripar a cualquier subnormal que se le pusiera por delante.
¿Y quién es Lobo?... Pues es este tipo...
Bien… Lobo es un mercenario extraterrestre, creado por Roger Slifer y Keith Giffen que, para ser único en su especie, aniquiló a todo su planeta para así asegurarse que no habría nadie como él.
Su primera aparición tuvo lugar en el tercer número de la serie Omega Men (de DC, en junio de 1983) y su papel era el de un despiadado asesino a sueldo (vamos, lo que ha sido siempre). Lo más llamativo de su aparición fue su peculiar uniforme, que le hacía parecer una mezcla entre trapecista y payaso de circo.
Tras cancelar la serie de Omega Men en el año 1988, Lobo pasó a convertirse en un personaje de la serie L.E.G.I.O.N. (que posteriormente pasaría a titularse R.E.B.E.L.S.) hasta el año 1990.
¡¡Y eso es lo mejor que pudo ocurrir!!
Ese año protagonizó su propia miniserie, Lobo: El último Czarniano, una brutal y maravillosa historia escrita por Keith Giffen y Alan Grant y dibujada por el bestial Simon Bisley.
Por fin pudimos encontrar un macarra de verdad, un tío bestia y salvaje que se comportaba de forma transgresora y no como los superhéroes mariconazos a los que nos habían acostumbrado, llenos de esteroides y más benevolentes que una monjita de la caridad. La personalidad de Lobo era ultraviolenta e implacable, un machista degenerado y sin cualquier tipo de escrúpulos
Para colmo, el nuevo look de Lobo también ayudaba lo suyo a la hora de imaginarnos a un auténtico cabronazo duro de roer: Pelo largo y descuidado (vamos, lo que se conoce como unas vulgares greñas); botas de cuero de aspecto militar y punta de acero; una Cruz de hierro colgada al cuello; pantalones vaqueros raídos; camiseta sudada y chaleco "metalero" a juego con los pantalones; unas enormes rodilleras con forma de cráneo; un puro mordisqueado al más claro estilo de Clint Eastwood en cualquier Spaguetti Western; barba de tres días; amante del Heavy Metal…
Y lo mejor de todo: Una larga cadena enrollada a el brazo con un gancho al final (y que el personaje utiliza para destripar a sus enemigos… ¡¡Y para él todos son enemigos!!).
Entre los poderes de este personaje podríamos destacar los siguientes: Una fuerza y resistencia increíbles, un factor curativo que hace que sus heridas regeneren con rapidez, un envejecimiento muy lento y un olfato muy desarrollado… A parte, es un luchador extraordinario, especializado en múltiples técnicas de combate armado y cuerpo a cuerpo.
Pero no penséis que Lobo en un salvaje sin modales… No… Es muy inteligente, siempre cumple su palabra y tiene un sentido del honor un tanto particular.
¿Qué podía salir de todo esto y del talento de Keith Giffen, Alan Grant y Simon Bisley?
Pues como ya he dicho antes, la miniserie Lobo: El último Czarniano, donde al guión transgresor y bestia de Giffen y Grant, se sumó el dibujo bestial de Bisley.
El argumento de esta primera miniserie es genial: Contratan a Lobo para escoltar a un prisionero y que este llegue vivo al lugar que le han dicho. Éste acepta el trabajo sin saber que el prisionero en cuestión es su profesora del colegio a la que él odiaba en particular y que, para colmo, ha escrito una biografía no autorizada sobre este despiadado asesino.
Por cierto… ¿Os acordáis que antes os dije que Lobo aniquiló a toda su raza para poder decir que él era el último de su especie?
Pues ya tenéis una historia insuperable, con una profesora criticando todas las acciones del protagonista (como si se encontraran los dos en el colegio) y a Lobo con una ganas inmensas de asesinarla, pero su palabra es su palabra y la llevará sana y salva al lugar indicado, aunque con ello también traicione al hecho de querer ser el único en su especie.
Durante el camino de ambos, nos encontraremos con situaciones tan absurdas como que los fans incondicionales de Lobo, amantes de la ultraviolencia y que adoran al Hombre (como él se denomina), quieren matar a la escritora de la biografía por difamar el nombre de Lobo; o cuando la profesora corrige el vocabulario a un Elvis de pacotilla y éste enfadado, se dirige a dar una paliza a la señora encontrándose con los puños de Lobo; o el momento en el que la profesora acude a un teatro donde se interpreta una danza moderna consistente en moverse con una motosierra en la mano y cortar la cabeza a los participantes del baile; o cuando una secta de la ortografía los secuestra y los introduce en un concurso en el que si no deletrean bien, les fríen a tiros…
En fin… Una auténtica delicia de cuatro números, recogida en un único tomo.
Otro aspecto del cómic que le da una gracia especial, son los añadidos que en principio nada tienen que ver con la historia que se nos cuenta en él, pero que nos dan una visión de quién fue Lobo y de cómo ha llegado a ser quien es.
En fin… Aquí dejo ya el tema… En la actualidad el cómic está descatalogado, pero se puede conseguir por Internet, así que si os interesa, ya sabéis dónde podréis encontrarlo.
6 comentarios
Un porrón de años atrás, tenía un amigo que era fanático de este personaje y que me pasó un montón de miniseries y tomos de este personaje. Recuerdo por ejemplo uno en el que es contratado para ir a un planeta harén a buscar a una prisionera en concreto que me pareció muy flojete. Otro “Navidades paramilitares” en el que se enfrentaba al “rojo bastardo” (Papa Noel) que tenía cierta gracia pero tampoco me entusiasmó, uno en el que muere y no le quieren ni el cielo (le empalaga) ni en el infierno (se lo pasa demasiado bien) que como de costumbre tenía cierta gracia al principio pero al final parecía un chiste demasiado largo, otro en el que es contratado para proteger un concurso de belleza que me pareció bastante malote, otro llamado “Caracoles” que tampoco me entusiasmó, otro en el que intenta enseñar a un lector a ser un cazarrecompensas, otro en el que su hija reúne a todos sus bastardos para formar un ejército y tratar de eliminarle, otro en el que participa en una especie de programa con premios raros… y podría seguir, me tragué muchísimos cómics de este personaje, pero la verdad es que aunque al principio me hizo cierta gracia por su cinismo y mala leche, los argumentos en general me parecieron flojetes y nunca terminé de encontrarle el punto a este personaje.
ResponderEliminarComo diría el hombre....eres una nenaza .jajaja ..para mí es buenísimo y leíste bastante de el como para disgustar te tanto como dices...para mí es el mejor con muchas diferencia y creo que es mucho mejor de lo que comentas ..vamos que animo a cualquiera que no sea una nenaza o le afecte toda esta mierda de ahora del feminismo que le dé una oportunidad que le sorprenderá gratamente...larga vida al hombre
EliminarYo recomendaría leer las tres o cuatro primeras miniseries de Lobo, tras la de "El Último Czarciano"... El resto son bastantes flojas y la serie regular ya ni te cuento (historias que pretendían ser brutas, pero sin pies ni cabeza)... Quizá alguna historia suelta por ahí destaque un poco, pero nunca llegando al nivel del cómic que se comenta en este post.
EliminarLos cómics que mencionáis están siendo editados de nuevo en España, ahora por ECC.
ResponderEliminarSí, es cierto. ECC está reeditando un montón de material antiguo de DC y Vertigo en unas ediciones bastante cuidadas.
ResponderEliminarSí, ECC está republicando mucho material de DC de los años ochenta y noventa en ediciones muy cuidadas (un placer para los coleccionistas cuarentones que en aquella época éramos unos críos ávidos de buenas historias).
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