LIBERTY MEADOWS: La reserva de animales más descacharrante
¿Qué es lo que empuja a Frank Cho, un surcoreano nacido en Seúl en el año 1971 (emigrado, junto con su familia a Estados Unidos, en 1977), a realizar una de las tiras cómicas más entrañables y gamberras que recuerdo?
¿Será su innegable capacidad para dibujar?... ¿O su gusto por las cosas norteamericanas?... ¿O quizá su pasión por las mujeres voluptuosas y ligeritas de ropa (sin contar otra de sus pasiones, que luego desvelaré)?...
En fin, sea lo que fuere, Frank Cho decidió que iba a estudiar la carrera de enfermería en la Universidad de Maryland y en el año 1996 obtuvo la licenciatura.
Pero algo se revolvía en el interior de este surcoreano, algo que le empujaba a dibujar.
¿Y como aprende a dibujar un tipo que ha estudiado enfermería y que no ha recibido clases artísticas de ningún tipo?... Muy fácil...
Frank Cho es autodidacta y aprendió a dibujar y a escribir leyendo cómics y libros de arte.
¡Toma ya!!!... Esto para un tío como yo, que ha estudiado Bellas Artes, es de un mérito enorme y me da una envidia que no os podéis imaginar... ¡Este tío sí que vale!!!
Durante el tiempo que estuvo estudiando la carrera, realizó una tira cómica que se empezó a publicar en varios periódicos universitarios. Esta tira se titulaba University 2 y en ella se empezaron a ver los “bocetos” de unos personajes que posteriormente plasmaría en la obra que hoy vamos a ver.
Estoy hablando de…
Tras licenciarse, Frank Cho firmó un contrato con Creators Sindicate Inc. y el 30 de marzo de 1997, se publicó la primera tira de prensa de Liberty Meadows, respetando la estructura de University 2, aunque comenzando la historia desde cero y adaptándola a una público más general, eliminando de la anterior obra las actitudes más sexuales y escatológicas de los animales de la reserva (vamos, lo que se suele conocer vulgarmente como "auto-censurarse", para así poder llegar a más gente).
En la reserva de Liberty Meadows se encuentran una serie de animales con problemas psicológicos y en proceso de rehabilitación… Y realmente estos animales tienen problemas muy serios aunque gracias a eso, conseguimos pasar un rato muy divertido con sus paranoias.
Entre esos personajes se encuentran un mono repeinado (Frank) que representa el alter ego del dibujante; un sapo hipocondríaco (Leslie) y un oso enano de circo histriónico (Ralph) que forman una especie de pareja gamberra de “adolescentes” con ganas de juerga y de probar todas las cosas nuevas y locas que se les ocurren; un cerdo machista (Dean) que no duda en piropear de la forma más descarada y sucia a cualquier cosa que tenga curvas; un pato tímido (Truman) y un perro inocentón (Oscar) que son peores que dos niños de tres años sueltos por una tienda de chucherías; un siluro viejo y muy inteligente (Khan) que no duda en soltar un buen par de puñetazos a todo aquel desdichado que ose pescarlo; una vaca (The Cow!) loca-ninja-no-sé-como-describirla-pero-siempre-que-aparece-hace-locuras; y una larga lista de personajes humanos de lo más divertidos…
Y la verdad es que después de leído esto, uno pensaría que esta reserva de animales es un auténtico manicomio sin orden ni control y que todo podría reventar tras alguna ocurrencia disparatada de Leslie y Ralph, pero no es así.
Gracias a un personaje femenino (que se convierte en el eje central de las tiras cómicas), la reserva de animales se mantiene bajo control y no explota como un cohete de hojalata casero, personal y experimental destinado al vuelo clandestino (si no sabéis de qué hablo, preguntadle al bueno de Ralph, o a Leslie... Si es que conseguís encontrar los pedazos de sus cuerpos bajo una roca llena de musgo).
Esta mujer es una encantadora y despampanante psiquiatra de animales llamada Brandy.
Brandy (fémina por la que más de un mortal daría uno de sus huevos y la mitad del otro) es un personaje del que Cho está enamorado y eso se nota desde la primera viñeta en la que aparece (¿os he dicho ya que a Cho le encanta dibujar mujeres voluptuosas?).
Es más, para hacer patente este amor no confesado, Cho crea otro personaje llamado Frank (¡que casualidad!, como el nombre del propio autor), un inseguro veterinario que, nada más verla, cae rendido a los pies de esta increíble mujer y se comporta de forma alelada y tímida ante ella.
Aquí os dejo las tiras de la serie donde Brandy y Frank se ven por primera vez.
Durante los primeros años de publicación de Liberty Meadows, Cho creaba unas tramas que abarcaban unas pocas tiras y poco a poco empezó a desarrollar historias más largas.
Esta obra, publicada en España por Dolmen editorial en cuatro tomos (que en la actualidad se pueden encontrar a la venta en dos packs en oferta, a un precio de veinticinco euros cada uno), es realmente entretenida y, aunque no presenta en sus viñetas unas situaciones originales que nos descoloquen y sorprendan, el tono en que son tratadas dichas situaciones, nos sacan una sonrisa y hasta a veces, una carcajada.
Aquí os dejo las portadas de esos cuatro tomos recopilatorios de Dolmen.
Es muy habitual en esta tira de Cho, ver referencias a la historia del arte y a la cultura pop, además de lanzar en ocasiones bromas a otras tiras cómicas o a reírse de la censura (sobre todo la del Washington Post, donde publicaba sus tiras, que continuamente le eliminaban viñetas por considerarlas políticamente incorrectas) incluyendo algún cartel en la escena que nos impide ver lo que sucede en la viñeta, pero que nos lo narra con palabras, aumentando así el efecto cómico.
Ya he dicho anteriormente que Cho tiene una innegable capacidad para dibujar muy bien, dominando diferentes estilos (desde uno realista en el que resalte la anatomía humana, hasta la caricatura o el cartoon), pero una de sus pasiones inconfesables (sí, esa pasión que omití al principio de este texto para que llegarais hasta aquí leyendo con mucho interés, tratando averiguar de qué se trataba) es...
¡Dibujar gorilas y dinosaurios!
¡Pero atención!... No todo es bueno en Liberty Meadows.
Bien es cierto que, a medida que la historia avanza y avanza, la originalidad y la frescura de las tramas y los argumentos se van debilitando pero, para cuando eso llega a ocurrir, estamos tan ensimismados con la belleza de Brandy (o de Jen, porque si Brandy es una morena de bandera, Jen es una rubia de quitar el hipo) y tan pendientes por si Frank consigue de una maldita vez ligar con la psiquiatra que, no nos importa ese bajón en la frescura de las historias: Sólo queremos leer más y más para saber cómo va a acabar todo (y también para saber qué nuevas locuras harán los animales de esta reserva, que muchas son para empezar a descojonarse y no parar).
Si sabéis algo de inglés (y aún no estáis seguros de que, este es un cómic que os tenéis que leer), aquí os dejo un total de doscientas ochenta tiras cómicas de Liberty Meadows (en inglés) sin ningún tipo de censura...
Y aquí os dejo la web oficial de Frank Cho, para que admiréis parte de sus ilustraciones y las páginas de cómics que ha dibujado para otras compañías, como Marvel, etc...
Espero que lo difrutéis.
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