THE PRO: ¡Adoro a esa puta!
Garth Ennis ama a los superhéroes… Estoy más que convencido de ello, porque si no, no se puede entender porqué en sus cómics los retrata siempre como una panda de pervertidos, cretinos, estúpidos y con una moralidad por debajo de lo más ruin y vil que nos pudiéramos imaginar.
Además lo hace con tal conocimiento y minuciosidad de los personajes a los que parodia y caricaturiza que, la mera idea de que Ennis odie a los superhéroes, se queda muy corta por toda la mala leche que emana de su mano.
No… Garth Ennis ama a los superhéroes…
Por eso los pone a bajar de un burro…
Por eso ha escrito cómics que transgreden las ideas políticamente correctas sobre los superhéroes en obras como Hitman, The Boys y la que nos ocupa en esta ocasión…
La premisa de la que parte Ennis es la siguiente: ¿Qué ocurriría si una prostituta recibiera de un ente alienígena (llamado El Observador, aunque su compañero robot siempre se empeña en llamarle El Mirón, por cómo se excita cuando observa a los seres de la Tierra) unos superpoderes increíbles?
Así surge The Pro(stitute): La profesional.
Esta historia, publicada por Image Comics en el año 2002, nos cuenta las desventuras desvergonzadas y descaradas de la protagonista (una prostituta con poco dinero y un bebé al que tiene que mantener, a base de practicar decenas de felaciones al día), a la vez que realiza una brutal y salvaje sátira sobre una serie de superhéroes, conocidos por todos los amantes al cómic: La Liga de la Justicia, de DC Comics.
Bien es cierto que Ennis prescinde del lado triste y dramático de la historia de la protagonista, saltándoselo directamente para hablar de lo que más le gusta: Parodiar superhéroes.
La Liga de la Just… Estooo… La Liga del Honor de este cómic, está compuesta por El Santo (versión imbécil de Superman), La Dama (una Wonder Woman lesbiana), El Caballero (un Batman pedófilo con casco medieval), El Escudero (el ayudante de El Caballero, un Robin tonto del culo), La Lima (un Green Lantern rapero) y Veloz (un Flash en calzoncillos y tirantes).
En fin, al final este grupo de supercretinos no duda en alistar entre sus líneas a nuestra protagonista, en cuanto se enteran de sus superpoderes.
El humor es el principal argumento de este cómic. Un humor que surge a raudales de cualquier viñeta, un humor bestia, un humor delirante, un humor que, posiblemente, alcanza su nivel más alto cuando la protagonista realiza una felación a El Santo y éste, al eyacular, derriba con su “disparo” un avión de pasajeros… Y es que para colmo, luego la cosa se complica… Pero eso no os lo voy a contar, que es mejor que lo leáis…
En el apartado gráfico nos encontramos con Amanda Conner, una mujer que sabe dotar a los personajes del cómic de una gran expresividad, usando además unos trazos que terminan por crear unos retratos paródicos acorde a lo absurdo y divertido de la historia, captando en todo momento la esencia de cada superhéroe.
Esta historia, de ciento veinte páginas, no tiene más pretensiones que la de crear un entretenimiento rápido, sin buscar profundidades, ni complejidades que nos lleven a la reflexión. Ennis prefiere hacernos reír con sus burradas y sus ocurrencias; con los momentos tontos de los personajes y los chistes zafios y las palabrotas; con la sangre y el sexo.
Y lo consigue… ¡Vaya si lo consigue!... ¿Cómo no lo va a conseguir con escenas como estas?
Si os conseguís hacer con un ejemplar de los que circulan por Internet (ya que desde hace mucho tiempo, este cómic está descatalogado), no dudéis en leéroslo... Uno se lo traga de un tirón y además se echa unas buenas risas.
Además, si no lo leéis, puede que la protagonista de la historia vaya a vuestra casa y os haga algo parecido a esto...
Vamos, lo que es una chica de armas tomar...
En fin... ¿Qué os puedo decir?... ¡Adoro a esa puta!
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